“Hay empresas que van a reestructurar su fabricación”
La tormenta perfecta se está formando en el sur de Europa. Marruecos y Gibraltar, dos vecinos estratégicos de España, han dado un giro inesperado que está causando preocupación entre empresarios, exportadores y autoridades españolas: la reducción de aranceles al 10% en sectores clave está reconfigurando el mapa industrial de la región. Y lo más preocupante: muchas empresas españolas ya están planteándose mover su producción al otro lado del Estrecho.
¿Qué ha pasado exactamente?
En los últimos meses, Marruecos ha aprobado una serie de medidas fiscales y aduaneras que incluyen una bajada generalizada de aranceles de importación, especialmente en materias primas y productos industriales. Por su parte, Gibraltar, tras los años de incertidumbre post-Brexit, ha encontrado en la bajada de aranceles una herramienta para atraer inversiones y reposicionarse como un nodo logístico clave.
Ambos territorios, con apoyo institucional, han lanzado incentivos para atraer empresas europeas, y los resultados empiezan a notarse.
¿Por qué esto es una amenaza para España?
El principal riesgo es la deslocalización de fábricas e industrias españolas. Con aranceles más bajos, costes energéticos más reducidos (especialmente en Marruecos), menor presión fiscal y acceso privilegiado a rutas logísticas, muchas empresas españolas empiezan a mirar hacia el sur como una opción más rentable.
“Ya hay empresas textiles y de componentes electrónicos que están estudiando reestructurar su fabricación en Marruecos”, confirma un consultor industrial de la zona de Andalucía.
España, que durante décadas ha sido la base industrial del sur de Europa, podría perder su ventaja competitiva frente a estos nuevos polos emergentes.
Marruecos: más allá de los aranceles
El atractivo de Marruecos no se limita al tema arancelario. El país lleva años trabajando en su industrialización, modernización de infraestructuras y atracción de inversión extranjera directa. Zonas como Tánger, Casablanca o Kenitra están creciendo a un ritmo acelerado, con parques industriales, puertos de primer nivel y acuerdos bilaterales con países de Europa, Asia y África.
Además, Marruecos ofrece:
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Costes laborales más bajos.
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Incentivos fiscales para nuevas empresas.
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Una mano de obra joven y formada.
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Proximidad geográfica e histórica con España.
Gibraltar: un hub fiscal y logístico en expansión
Gibraltar, con su estatus especial, también está aprovechando el momento. A pesar de las tensiones post-Brexit, el Peñón está atrayendo empresas tecnológicas, farmacéuticas y logísticas con condiciones fiscales muy favorables y una economía digital en crecimiento.
Su nueva política arancelaria se enmarca dentro de una estrategia más amplia para competir como plataforma de exportación para Europa, África y América.
¿Qué puede hacer España ante esta situación?
Los expertos coinciden: España necesita una estrategia de respuesta clara y rápida. Algunas posibles acciones incluyen:
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Revisión de su política fiscal e industrial para hacer más competitiva la fabricación nacional.
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Incentivos a la reindustrialización en zonas clave como Andalucía o la Comunidad Valenciana.
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Mayor inversión en I+D+i y automatización.
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Facilitar trámites a empresas exportadoras y atraer capital internacional.
¿Qué sectores se ven más afectados?
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Textil: ya hay fábricas migrando producción a Marruecos.
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Automoción: las plantas marroquíes ganan peso en el norte de África.
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Tecnología y electrónica: Gibraltar empieza a atraer pequeñas y medianas empresas del sector.
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Agroalimentario: los acuerdos entre Marruecos y terceros países amenazan las exportaciones españolas tradicionales.
El futuro: ¿competencia o cooperación?
La pregunta clave es si España optará por competir frontalmente o buscar modelos de cooperación estratégica. Algunos analistas proponen convertir esta situación en una oportunidad mediante acuerdos bilaterales inteligentes que favorezcan la producción compartida, la transferencia tecnológica y la estabilidad económica en la región.